Os preguntaréis que a santo de qué viene un artículo sobre alfombras para bebés… pues bien, os cuento:
La pequeña dragona ha regresado de su viaje a Grecia mucho más espabilada de como se fue. Lo cual es lógico porque al final han sido 14 días de viaje y a estas edades cambian casi de hora en hora…
El caso es que ya ha aprendido a ponerse boca abajo y casi casi hace la croqueta. Es decir, que donde más disfruta ahora mismo es tumbada en alguna superficie en la que pueda rodar y/o llevarse el pie a la boca. Y no es que tenga la casa sucísima pero no me apetece dejarla en el suelo así sin más a que practique sus nuevas habilidades.
Así que en mis ratos libres (es decir, cuando se queda dormida encima de mi y no puedo moverme en un buen rato) me he dedicado a pensar qué puedo hacer para satisfacer esa nueva necesidad de estar tumbada y jugar sin que se ensucie y de manera que tampoco coja frío, que «winter is coming» y no quiero que se me constipe.
Una de las ideas que se me ocurrieron fue el poner su manta de juegos en el salón por ejemplo, pero me parece que la superficie sobre la que tiene que tumbarse es demasiado dura para ella (sin contar el frío).
También pensé en comprar una minialfombra mullida en Ikea y sobre ella poner la manta de juegos…pero cuando no esté jugando tendría que recogerlo para que no se ensuciara. Un rollo.
Ese tipo de pensamientos rondaban por mi cabeza cuando descubrí la existencia de la alfombra infantil Lübabymats.
¿Y eso que es? Pues la solución a mi «problema».
Son unas alfombras-puzzle de lo más molonas. Tienen un acolchado bastante gordito que va a evitar cualquier golpe o caída (que los habrá) de la pequeña, pero tampoco es un tochazo gordo de corchopan. Es «blandito» al nivel unicornio de Gru.
Hay varios tamaños. La original es de 161×161, y la de viaje (la que tenemos nosotros) de 110×110. El motivo de elegir la de viaje fue el poder almacenarla más fácilmente y transportarla a otro lugar. Oooh sí, ¡un lugar para jugar en la habitación del hotel que no es la cama! También se pueden encargar con un tamaño personalizable o unir varias alfombras diferentes.
La textura es además muy agradable. No es pegajosa y tiene apariencia algo satinada. Pero no resbala, es antideslizante. Como una buena esterilla de yoga. Pero más gordita, para absorber los golpes :). Y además tiene dibujitos en relieve, mirad qué gatito tan mono 😀
Otra cosa que me gusta de la alfombra son sus materiales: es EVA 100% fabricada en España (que yo soy muy fan de Aliexpress pero con la salud de mi bebé no se juega). Os cito lo que dicen en su web «Sin ftalatos y no tóxicas. Certificadas y testadas por laboratorios independientes en Alemania superando ampliamente controles tanto de toxicidad (REACH) como de Seguridad en los Juguetes, tanto física, como de inflamabilidad y migración de materiales (EN-71-1/71-2/71-3)«. Vamos, que es ideal para cuando chupe la alfombra (oh sí, chupa todo, ¿vuestros niños no?). Y esperad que mejora: si se mancha se limpia con un trapo húmedo y YA ESTÁ.
Nada de tintorerías ni lavadoras (la manta de juegos que tenemos pasa más tiempo en la lavadora que en el suelo).
En su página web indican que la edad a la que va dirigida esta alfombra son unos 10 meses, cuando el bebé empieza a gatear-caminar. Sin embargo se puede utilizar desde recién nacido: es totalmente segura tanto por los materiales como por acolchado como por todo. La pillo unos meses antes y me veo en verano durmiendo sobre ella :D.
En fin, que me ha parecido todo un acierto para la peque la alfombra de Lubabymats.
Por si andáis buscando una alfombra de este estilo y esta os convence, os dejo la web para que ojeéis los diferentes modelos, diseños y colores que hay: https://www.lubabymats.com/alfombras-infantiles
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¿Conocíais estas alfombras? ¿Os parecen útiles?