Que San Petersburgo haya sido durante más de 200 años la capital del imperio ruso nos deja entreveer la cantidad de palacios, iglesias y otros monumentos que se pueden ver en esta ciudad. De hecho el centro de la ciudad y algunos lugares de sus alrededores son Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Fue fundada por el zar Pedro I el Grande en 1703. Durante su historia también ha recibido el nombre de Petrogrado y posteriormente (hasta 1991) Leningrado.
Actualmente San Petersburgo es con más de 5 millones de habitantes la segunda ciudad más poblada de Rusia.
En nuestro viaje a Rusia teníamos claro que visitaríamos tanto la capital (Moscú) como la llamada «Venecia del Norte», apodo por el que se conoce a San Petersburgo al estar atravesada por más de 400 puentes sobre un sinfín de canales regados por las aguas del río Neva.
En este post vamos a intentar resolver varias dudas que posiblemente te surjan si vas a viajar a San Petersburgo, pero comencemos por el principio: ¿Qué ver en San Petersburgo?
Lo que vas a encontrarte
Qué ver en San Petersburgo
Iglesia de San Salvador sobre la Sangre Derramada
A esta iglesia de peculiar arquitectura también se le conoce como Iglesia de la Resurrección de Cristo.
Realmente ya no es una iglesia sino que tiene la categoría de museo estatal. Como curiosidad, está ubicada sobre el lugar donde asesinaron al zar Alejandro II en el atentado del 13 de marzo de 1881.
Su interior te sorprenderá sin lugar a dudas, enteramente decorada con pinturas y mosaicos.
Consejos: es mejor hacer fotos por la tarde, debido a la posición del sol con respecto a la iglesia. El ticket son 250 rublos por persona.
Fortaleza de Pedro y Pablo
Esta fortaleza se sitúa en la llamada «isla de las liebres» (por eso veréis tantos souvenirs y estatuas con forma de liebres por esa zona) en 1703.
Aunque no se acabó consiguiendo querían que esta zona fuera el núcleo de la nueva ciudad, capital del Imperio Ruso.
No llegó nunca a ser fortaleza defensiva pero sí prisión política.
Aunque hay varios lugares visitables dentro de la fortaleza el más relevante puede que sea la catedral de San Pedro y San Pablo, donde están enterrados los Romanov.
Por cierto que si vais caminando, desde el puente que atraviesa el río Neva podréis obtener unas vistas fantásticas de la fortaleza y la catedral.
Mezquita de San Petersburgo
Seguro que una mezquita no forma parte de vuestros planes al organizar qué ver en San Petersburgo, pero sin duda esta merece la pena.
Aunque solo se puede visitar su exterior, esta mezquita fue la más grande de Europa a principios del siglo XX. Podía albergar casi hasta 5000 personas.
Su fachada llena de coloridos azulejos puede recordar a las iraníes o uzbekas. Sin duda merece la pena acercarse a verla.
Edificio Singer
Como su propio nombre delata, este edificio se construyó para ser la sede de la filial rusa de la compañía Singer (la de las máquinas de coser). Querían que fuera un rascacielos similar al de Nueva York pero la ley no permitía construir edificios más altos que el Palacio de Invierno.
Esto se solucionó con el diseño y construcción de este edificio de Art Nouveau, el primero construido con estructura metálica de todo San Petersburgo.
Actualmente es una librería-cafetería en la que puedes pasar un buen rato.
Catedral de Kazan
La Catedral de Kazan se construyó en 1800 siguiendo el patrón de la Basílica de San Pedro en Roma.
Es de culto ortodoxo, lo cual implica que su planta debería tener la forma d una cruz griega… sin embargo su planta tiene forma de cruz latina.
Aunque austera, merece la pena entrar a ver su interior.
Catedral de San Isaac
Aunque a lo lejos su cúpula dorada no vaticine nada diferente a lo que ya hemos visto en San Petersburgo, al acercarte puedes ir notando que no te va a dejar indiferente.
Sobre una planta con forma de cruz griega se levanta esta imponente catedral de principios del siglo XIX, ahora museo, entre suelos y paredes de mármol y granito. Las paredes y los techos están adornadas con bellas pinturas. Adornos de malaquita, lapislázuli; esculturas, mosaicos… y oro. San Petersburgo es la capital del dorado, ya lo veréis.
Para que os hagáis una idea dicen que para la cúpula se emplearon casi 100 kilos de oro. Y es grande, muy grande… con capacidad para 14000 personas.
Monasterio de Smolny
Este monasterio está formado por una catedral, obra del mismo arquitecto que diseñó el Palacio de Invierno, el de Catalina y Peterhof, y una serie de edificios que estaban pensados para ser destinados a un convento.
Su situación está algo a desmano del resto de lugares. Si estás pensando en descartar algún lugar que ver en San Petersburgo, este puede ser uno de ellos.
Museo Fabergé
Carl Fabergé creó a finales del siglo XIX 69 huevos de pascua para los zares. Estos huevos eran una explosión de piedras preciosas y oro (cómo no). De hecho están consideradas auténticas obras maestras de la joyería.
En este museo de explotación privada podréis ver 9 de esos huevos imperiales.
La entrada son 700 rublos.
Palacio de Yusupov
También conocido como palacio Moika al estar a orillas del río Moika. Este palacio perteneció a los Yusupov, una familia de nobles ricos, cuyo patrimonio y posesiones decían que superaban a las del propio zar.
Durante los casi 100 años que estuvo habitado por esta familia se llevaron a cabo un sinfín de remodelaciones. De esta manera se pueden observar un montón de estilos arquitectónicos diferentes dentro del edificio. En las 28 salas que se visitan te encontrarás con una majestuosa escalera de mármol, un teatro rococó, diferentes salas decoradas con un único color, un salón de baile, la sala de los tapices, un hamman al más puro estilo marroquí…
Por cierto que aquí fue donde intentaron matar a Rasputín. Y digo intentaron porque tras envenenarle con cianuro en la cena pero que no le hiciera efecto y dispararle al pecho con un revólver, decidieron enrollarle en una sábana y tirarle al río, donde murió por hipotermia.
Almirantazgo
El Almirantazgo de San Petersburgo fue la sede de la Escuela de Almirantes Imperiales Rusos. Llama la atención su aguja dorada que está rematada por una veleta de oro en forma de pequeño barco. Además en esta torre convergen las tres calles más antiguas de San Petersburgo: la avenida Nevski, la calle Gorokhóvaia y la avenida Voznesensk.
El Hermitage
Actualmente es uno de los mejores museos de arte del mundo. Sin embargo su construcción se destinó a ser residencia del zar. Su edificio principal (porque el museo lo forman seis edificios) fue el Palacio de Invierno de los zares desde 1732 hasta 1917.
Está construido en un estilo barroco isabelino y en él se intenta reflejar la grandeza y el poder de la Rusia Imperial.
Aunque no te gusten los museos, el Hermitage merece la pena aunque sea solo para deambular por sus salas y admirar los lugares en los que vivía la realeza.
Palacio de Catalina en Pushkin
Palacio de Peterhof
A pesar de que aquí también te obligan a ponerte unos patucos de médico para poder caminar por el palacio, este no tiene más de 50 años de antigüedad. Tras la guerra quedó más destruido aún que el Palacio de Catalina.
Al igual que el anterior (aunque puede que de una manera un poco más recatada), Peterhof es otro derroche de mármol y piezas doradas. Escaleras, salas rococós, suelos de madera…
La entrada son 600 rublos y también da acceso a sus dos jardines, el Parque Superior y el Parque Inferior. Estos jardines, perfectamente planificados y estructurados, están repletos de fuentes y esculturas. De hecho el Parque Inferior es donde se encuentra el complejo de fuentes más grande del mundo.
El palacio de Peterhof tampoco se encuentra en la ciudad pero es fácilmente accesible en furgoneta (matrushka) desde San Petersburgo.
Iglesia de la Intercesión (clon de Kizhi)
Kizhi es una pequeña isla en el lago Onega a unos 700 km de San Petersburgo. En ella se encuentra una preciosa iglesia de madera llamada Iglesia de la Trasfiguración, así como otras pequeñas construcciones en madera.
Llegar hasta ella no es sencillo, pero entre todos los lugares que ver en San Petersburgo se encuentra la Iglesia de la Interseción, un clon perfecto de la de Kizhi.
Hay autobuses urbanos para poder visitarla aunque quizás la mejor opción es reservar un transporte privado. Sea como sea os dejamos aquí la dirección.
Cuántos días dedicar a San Petersburgo
Nosotros dedicamos 5 días enteros a visitar San Petersburgo y sus alrededores. He coincidido con mucha gente que dice que es demasiado tiempo pero a mi no me lo parece en absoluto. San Petersburgo es una ciudad preciosa y no me habría importado dedicarle algún día más (cuando no hubiera hecho tanto frío claro).
Te dejamos aquí unas cuantas sugerencias de qué ver en San Petersburgo según el número de días que tengas.
Qué ver en San Petersburgo en 2 días
Día 1: Catedral de San Isaac. Iglesia de San Salvador sobre la Sangre Derramada. Avenida Nevsky: Edificio Singer, Catedral de Kazan, Palacio de Yusupov.
Día 2: El Hermitage
Qué ver en San Petersburgo en 3 días
Día 1: Catedral de San Isaac. Iglesia de San Salvador sobre la Sangre Derramada. Avenida Nevsky: Edificio Singer, Catedral de Kazan, Palacio de Yusupov.
Día 2: Clon de Kizhi y Palacio de Catalina
Día 3: El Hermitage
Qué ver en San Petersburgo en 4 días
Día 1: Catedral de San Isaac. Iglesia de San Salvador sobre la Sangre Derramada. Avenida Nevsky: Edificio Singer, Catedral de Kazan, Palacio de Yusupov.
Día 2: Clon de Kizhi y Palacio de Catalina
Día 3: El Hermitage, Almirantazgo.
Día 4: Peterhof o Fortaleza de Pedro y Pablo.
Qué ver en San Petersburgo en 5 días
Día 1: Iglesia de San Salvador sobre la Sangre Derramada, Fortaleza de Pedro y Pablo, Mezquita de San Petersburgo. Avenida Nevsky: catedral de Kazan, edificio Singer.
Día 2: Catedral de San Isaac, Palacio de Yusupov, Museo Faberge, Catedral de Smolny.
Día 3: visita a Peterhof.
Día 4: Clon de Kizhi y Palacio de Catalina.
Día 5: el Hermitage.
El tiempo en San Petersburgo
Elegir una buena época para viajar a San Petersburgo es algo fundamental. Según toleres el frío y si te apetece ver el río Neva congelado, tendrás que ir en unas fechas u otras.
Nosotros fuimos en abril y la verdad es que estuvimos muy a gusto. Aun así creemos que la mejor época puede ser mayo o junio.
No os dejéis engañar por la latitud a la que se encuentra: en verano el calor puede ser de lo más sofocante.
Metro de San Petersburgo
Aunque el metro de San Petersburgo no es tan conocido y amplio como el de Moscú, también guarda algunas joyas en sus estaciones.
Las estaciones de metro más famosas de San Petersburgo son las siguientes:
Vostania: Es una de las primeras estaciones de metro que se inauguraron. Además es el claro ejemplo de que el Stalin quería convertir el metro en el palacio del Pueblo.
Pushkinskaia: Esta estación lleva el nombre del famoso escritor ruso Pushkin. Está totalmente cubierta de mármol y todos los días en la entrada hay flores depositadas por sus admiradores.
Avtova: Aquí podemos encontrar enormes lámparas sobre las vías y columnas de cristal que tienen talladas las estrellas de cinco puntas, uno de los símbolos del comunismo.
Por cierto que es el metro más profundo del mundo.
Mapa turístico de San Petersburgo
Aquí tenéis localizados los lugares más importantes que ver en San Petersburgo. Es una imagen estática pero si pincháis en ella os llevará a google maps donde podréis hacer zoom e incluso descargar el mapa en .kmz para poder llevarlo en vuestros móviles (nosotros usamos siempre la aplicación maps.me para orientarnos en nuestros viajes).
Dónde alojarse en San Petersburgo
Dado que casi todos los lugares que ver en San Petersburgo se pueden alcanzar caminando (y además es la mejor manera de conocer la ciudad), recomendamos alojarse en algún hotel por el centro, a ser posible cerca del Hermitage o al principio de la avenida Nevsky.
Por ejemplo el hotel Sapphire o The Faces Historial Center.
A lo malo, elegid un hotel cercano a alguna estación del metro de San Petersburgo que tenga buenas conexiones con el centro.
Vuelos baratos a San Petersburgo
Ya sabéis que nosotros siempre utilizamos Skyscanner para comprobar los precios de los vuelos (llegando casi hasta el final del proceso de compra para que nos incluyan todas las tasas. Sin riesgo alguno mientras no deis el número de tarjeta).
Por ejemplo aquí tenéis un vuelo por menos de 200 euros para volar a San Petersburgo.
Otro lugar donde comprobar y comprar vuelos baratos es la web de Viajes el Corte Inglés.
Esperamos que os haya gustado esta guía sobre qué ver en San Petersburgo. Os dejamos un enlace a nuestro viaje a Rusia en Semana Santa y un par de recomendaciones de guías de viaje que seguro que os ayudarán en la planificación e informarán una vez estéis en el destino.
Esta guía-mapa la hemos utilizado en multitud de destinos. Os aseguro que es un gran acierto (no habría sobrevivido en Nueva York ni un día sin ella)
Y cómo no, un clásico de las guías de viaje:
¡Un saludo a todos!
Que reportaje más completo!
Justo hoy hemos visto un documental sobre S.P en viajar y como el 50% Wonderland sun no hay visitado la ciudad ya estamos valorando futura visita
Yo os la recomiendo, aunque poco puedo aportar si el 50% ya la conoce ;). Pero ya sabes… alojamiento medianamente barato, sencilla para moverse aunque brutalmente grande, y unos palacios que quitan el hipo 😀
San Petersburgo es una maravilla. Tuvimos la oportunidad de visitarla hace bastantes años y me parece de las ciudades más bellas de Europa. Sin embargo, no recordaba esta mezquita que, como dices, tanto recuerda a las uzbecas. Por momentos parece que estés en Samarcanda!
¡Si! Sólo es una fachada, pero menuda fachada más sumamente bonita… estoy de acuerdo además, es una ciudad muy muy bella. Yo no la tenía en mi lista de lugares a visitar y ahora es de mis favoritas
Alucinante!! Me encantaría ir. Acabas de hacer que añada San Petersburgo a mi lista de destinos a los que me gustaría viajar. Lo del metro es sencillamente increíble. Por cierto, no tenía ni idea de cómo había muerto Rasputín. Muy curioso. ¿Cómo lo ves para viajar con niños en edad adolescente?
Pues depende de sus intereses claramente, y de si les gusta viajar o no… La ciudad tiene mucha historia para poder «engancharles»: desde los todopoderosos zares, pasando por la aristocracia, sus palacios, vestidos pomposos (yo siempre he sido muy «princesita», así que si me hubieran llevado mis padres siendo adolescente habría alucinado) o si no la historia de la segunda guerra mundial… Creo que sí les puede gustar. Es además una ciudad segura, con una buena red de transporte, buena comida… Yo te animo a que vayáis 🙂